A medida que la política monetaria y las operaciones de mercado abierto desempeñan un papel cada vez más importante tanto en la liquidez como en la estabilidad sistémica, los Bancos Centrales de todo el mundo están posicionándose como participantes en el escenario central.
Los balances y las reservas son más grandes que nunca, lo que impone exigencias sin precedentes a la gestión de las inversiones. Los banqueros centrales buscan la diversificación en clases de activos de mayor rendimiento, al tiempo que implementan estrategias de cartera complejas.